Hoy 18 de diciembre, en conmemoración del Día Internacional del Migrante, la Unidad Temática de Derechos Humanos y Migraciones de Mercociudades, reafirma su compromiso en la promoción de políticas de gobernanza multinivel que permitan avanzar hacia una sociedad más libre, solidaria e igualitaria.

«En el marco del Día Internacional del Migrante, las ciudades que conformamos la Unidad Temática de Derechos Humanos y Migraciones de Mercociudades, recordamos y celebramos la Resolución 55/93 aprobada oficialmente por la Asamblea General de la ONU en el año 2000.

América Latina y el Caribe ha sido y es una región atravesada por los procesos migratorios, caracterizada por la convivencia intercultural y el continuo movimiento de migrantes, tal y como se ha visibilizado a través de la campaña “La diversidad que hay en ti” de nuestra Red.

Los datos aportados por organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas, expresan que en el 2020 se registraron 281 millones de migraciones internacionales en el mundo y 14.8 millones en América Latina, proponiendo una evidente tendencia global de aumento sostenido de las migraciones durante las últimas cinco décadas.

La Movilidad Humana se incluyó en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados en septiembre de 2015, reconociendo por primera vez que la migración es un motor muy importante para el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible. La migración tiene un impacto positivo en el desarrollo político, económico, social y cultural de los países de origen, tránsito y destino.

Transversal a la Agenda 2030, podemos identificar que por lo menos 10 de los 17 objetivos contienen metas e indicadores que están vinculados directamente con la migración o la movilidad, pero la referencia central en los ODS aparece en la meta 10.7: “Facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas”, que forma parte del Objetivo 10: “Reducir la desigualdad en los países y entre ellos”.

Sin embargo, la coyuntura actual nos convoca a realizar una reflexión crítica sobre la situación de los migrantes. Si bien distintos gobiernos nacionales y subnacionales han incorporado esta población a sus respuestas frente a la crisis provocada por la pandemia COVID19, advertimos con gran preocupación la creciente vulneración de sus derechos y la grave afectación de sus condiciones de vida que se ha dado en este marco.

Asimismo, repudiamos las políticas de hostilidad y los actos de violencia xenófoba y racista que en los últimos meses se han multiplicado a partir de discursos de odio que criminalizan a los y las migrantes, quienes son utilizados como chivo expiatorio de la crisis actual. Por ejemplo, los casos de incendios a campamentos venezolanos en Chile y la explotación laboral sufrida por la misma población en Perú y la continuidad del drama de los desplazamientos forzados en Colombia.
La migración no debe ser abordada como un problema, sino como una realidad que nos exhorta a promover políticas de gobernanza multinivel que permitan avanzar en la integración, solidaridad y respeto a los Derechos Humanos.

Desde nuestro lugar, refrendamos el rol fundamental que desempeñamos los gobiernos locales en la implementación de acciones y políticas públicas orientadas hacia una migración segura y digna, asistiendo principalmente a las personas migrantes con mayor vulnerabilidad: niños, niñas, adolescentes, mujeres, trabajadores con menor cualificación y quienes se desplazan de forma irregular, forzosa o buscan refugio. Acciones que promuevan la ampliación de derechos de las y los migrantes, con igualdad de oportunidades, trabajo digno, acceso equitativo a los dispositivos de salud, educación, seguridad social, disminuyendo las brechas de género, reconociendo la necesidad de luchar contra la estigmatización, la discriminación y la violencia hacia los migrantes, orientando los esfuerzos en erradicar la pobreza y promoviendo la territorialización de las políticas nacionales en materia de migración, en alianza con las organizaciones civiles y el sector privado.

Tal como se afirmó en el pronunciamiento realizado en el 2018 por Consejo de Mercociudades, “La diversidad cultural de América del Sur es una de nuestras mayores riquezas y en su respeto e inclusión se forjará una sociedad más libre e igualitaria”.»

Unidad Temática de Derechos Humanos y Migraciones

18 de diciembre de 2021

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