«La Unidad Temática de Género y Municipio de Mercociudades, en el Día Internacional de la Mujer, destaca la importancia de erradicar la violencia política contra las mujeres en la región. A pesar de las conquistas y derechos reconocidos, producto de luchas históricas, la libre participación de las mujeres en el escenario político aún hoy presenta graves desafíos y resulta minoritario.

La conmemoración por un nuevo aniversario del 8 de marzo nos convoca a mujeres y diversidades a visibilizar nuestra lucha histórica. La lucha de las mujeres trabajadoras en sentido amplio, no sólo de quienes forman parte del mundo del trabajo remunerado, sino principalmente de aquellas que con sus tareas de cuidado -no reconocidas como un servicio indispensable- son quienes hicieron y hacen posible la reproducción de la vida.

Consideramos fundamental observar y repensar los distintos roles que ocupamos las mujeres en nuestra sociedad, en nuestros gobiernos, en los espacios políticos, en los lugares de poder. En este sentido, quienes han podido habitar dichos ámbitos, rompiendo el llamado techo de cristal, lo han hecho sorteando grandes escollos y dificultades. Más precisamente, muchas de las mujeres que han ejercido y ejercen espacios de poder son, en gran medida, víctimas de la violencia política y patriarcal. La misma que padecemos en el interior de los hogares, en los espacios laborales, en la vía pública.

En la región la violencia política se manifiesta recurrentemente y en maneras extremas, como lo evidencian los crímenes de femicidios cometidos contra la militante feminista y de derechos humanos, Marielle Franco en Brasil y la ambientalista hondureña Berta Cáceres. Así como también el atentado sufrido por la actual vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, entre otros.

Recientemente, el intento de magnifemicidio, seguido por la proscripción política de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina, son hechos que nos alertan sobre la fragilidad democrática en la región. La complicidad de la justicia patriarcal en connivencia con los poderes fácticos, buscan perpetrar la violencia ejercida contra las dirigentes políticas con el objetivo disciplinar y obturar las conquistas históricas logradas por los movimientos de mujeres en Latinoamérica.

Más que nunca, reivindicamos la participación política de las mujeres y diversidades. Somos quienes venimos a transformar los modos hasta ahora conocidos. No se trata de romantizar nuestro aporte, sino que venimos a aportar otra mirada: la de dar valor a las tareas de cuidado, la de adjudicar igual remuneración por la misma tarea, sin discriminación asociada al género. La de ocupar espacios de poder sin que ello represente un peligro para nuestra integridad psíquica y física.

Este 8 de marzo y como siempre, las mujeres nos visibilizamos trabajadoras. Las mujeres transformamos la historia.»