Las zonas de Serra do Espinhaço en Brasil, de Cabo de Hornos en Chile y del Chaco en Paraguay han sido incorporadas como Reservas de Biósfera por el programa «El Hombre y la Biósfera» (en inglés MAB) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La red de Reservas de Biósfera asciende ahora a 482 lugares y regiones en 102 países, según indicó la UNESCO en un comunicado.
La Serra do Espinhaço, según indicó la UNESCO, cubre 3 millones de hectáreas de las Montañas Espinhaço en el estado de Minas Gerais con vegetación típica del «cerrado» y la selva atlántica, todo lo cual hace de esa región una de las más ricas y diversas del mundo. Su importancia biológica, geomorfológica e histórica justifican la adopción de medidas urgentes para la conservación del complejo montañoso.
La Reserva de Biosfera de Cabo de Hornos, situada en el extremo sur de Chile, incluye zonas marítimas, islas y costas boscosas. Posee una baja densidad de población pero un alto potencial turístico, según destacó el MAB en su comunicado. Además, el programa destacó que es la primera zona de Chile incorporada desde la creación en 1971 del MAB.
El área incluye los parques nacionales de Cabo de Hornos y Alberto De Agostini, el sector sur de la cordillera Darwin y las islas Hoste y Navarino.
El Chaco paraguayo fue seleccionado por sus ecosistemas de bosque seco y por su rica diversidad ecológica que, sin embargo, corren el riesgo de ser transformados en pastos, según el comunicado.
El MAB agrega que la designación del Chaco como Reserva de Biosfera ayudará también a proteger los territorios de las comunidades indígenas locales y su identidad cultural.
Las incorporaciones de estas tres regiones forman parte de las 23 nuevas designaciones realizadas por el Consejo Coordinador Internacional del programa MAB reunido en la sede de UNESCO en París a fines del mes de junio.