La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó este 20 de diciembre, en Ciudad de México (CDMX), su informe 2017 del Panorama Social de América Latina. Esta edición contiene un análisis de la desigualdad de ingresos de las personas y los hogares y su relación con la dinámica del mercado laboral, la evolución de la pobreza y sus determinantes y los efectos de los sistemas de pensiones en la igualdad. El informe alerta sobre el aumento de la pobreza en la región en 2015 y 2016, después de una década de reducción en la mayoría de los países, mientras en 2017 se mantendrían estables.

En 2014, 28,5% de la población de la región se encontraba en situación de pobreza (168 millones de personas), porcentaje que aumentó a 29,8% en 2015 (178 millones) y a 30,7% en 2016 (186 millones de personas). La pobreza extrema, en tanto, pasó del 8,2% en 2014 (48 millones de personas) al 10% en 2016 (61 millones de personas).

Pese a estas cifras, el informe arroja un balance positivo en materia de reducción de la pobreza, ya que esta se redujo 15,2 puntos porcentuales entre 2002 y 2016.

Otro de los temas tratados en esta publicación es la desigualdad de ingresos. Aquí también se registra una reducción entre 2002 y 2016, aunque el ritmo de caída ha disminuido en los últimos años. El coeficiente de Gini (donde 0 representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima) pasó de 0,538 en 2002 a 0,467 en 2016.

Sobre este punto, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de CEPAL, explicó que el aumento de los ingresos en los hogares de menores recursos ha sido imprescindible para la reducción, tanto de la pobreza como de la desigualdad de ingresos. Ese crecimiento se debe a las políticas distributivas y redistributivas de los países, como reformas tributarias, salarios mínimos, pensiones y transferencias vinculadas a las estrategias de reducción de la pobreza y a la expansión de los sistemas de protección social, sostuvo.

En este sentido, CEPAL llama a autoridades latinoamericanas a fortalecer las políticas laborales y de protección social, más aún en períodos de bajo crecimiento económico, y a implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible a partir de un cambio estructural progresivo.

El documento también analiza la evolución y los desafíos de los sistemas de pensiones. Se estima que en 2040 las personas de 60 años y más, superarán a las de 0 a 14, y que la población de 80 años y más, aumentará casi 20 millones para esa fecha. También se observa una tendencia a la feminización de la población adulta mayor.

El informe muestra que entre 2000 y 2014 se amplió la base contributiva de los sistemas de pensiones en América Latina: el porcentaje de la población económicamente activa que cotiza en un sistema de pensiones pasó de 36,9% a 47,8%. Esto equivale a la incorporación de casi 60 millones de personas a los sistemas contributivos y está asociado a la evolución positiva de los mercados laborales en el período (especialmente a la disminución del desempleo y el aumento de los niveles de ocupación, formalización e ingresos laborales), así como a la implementación de estrategias para ampliar la cobertura de los sistemas de previsión social en algunos países.

Pese a ello, se estima que 142 millones de personas económicamente activas aún no están cubiertas. La proporción de trabajadores que continúa desprotegida es más elevada en las zonas rurales, entre las personas con menos escolaridad y en los sectores de menor productividad.

Entre 2002 y 2015 el porcentaje de la población de América Latina de 65 años y más, que recibía algún tipo de pensión (tanto contributiva como no contributiva) aumentó, pasando del 53,6% al 70,8%. Pese a ese avance, hay un 29% de la población de 65 años y más que no recibía ningún tipo de pensión en 2015.

Además, persisten grandes desafíos relacionados a la suficiencia de las prestaciones recibidas. Aunque el monto promedio de las pensiones aumentó a una tasa promedio anual de 2,1% entre 2002 y 2015, en este último año el 36% de los perceptores de pensiones recibía montos iguales o inferiores a dos líneas de pobreza, alerta el organismo.

En casi todos los países, las mujeres en edad de retiro tienen menores niveles de cobertura en los sistemas de pensiones y las brechas de montos en las prestaciones que reciben superan los 20 puntos porcentuales en 10 de 17 países analizados, pudiendo alcanzar los 40 puntos porcentuales.

“El diseño de los sistemas de pensiones es clave para la igualdad de género”, plantea el organismo regional, considerando que actualmente más de la mitad de las mujeres latinoamericanas ocupadas está en sectores de baja productividad y de ellas solamente 1 de cada 5 están afiliadas o cotizan.

Panorama Social 2017

Es necesario resaltar que su análisis de la pobreza en la región se basa en una importante actualización de la metodología utilizada, que mejora la comparabilidad entre países, insumo fundamental para un análisis agregado de su evolución y sus factores determinantes. Este esfuerzo se ha traducido en una nueva serie de datos regionales.

Las nuevas series estadísticas correspondientes a los datos nacionales las hará públicas la CEPAL en el primer semestre de 2018, una vez concluidas las consultas con los respectivos países.

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)

27 de diciembre de 2017