Por lo menos cincuenta y tres indígenas fueron asesinados en nueve estados de Brasil durante el año de 2008. Los datos pertenecen al Consejo Indigenista Misionero (Cimi). El número, que es aproximadamente 40% menor del registrado en 2007 -cuando hubo noventa y dos indígenas-, aún es alarmante. La disputa por la tierra, por el agua y por otros bienes existentes en las áreas donde viven estas comunidades continúa siendo el motivo de las muertes.
Sólo en el estado de Mato Grosso do Sul hubo cuarenta casos. En este estado también fueron registrados treinta y cuatro suicidios de indígenas, lo que representa un crecimiento de más de 50% con relación a 2007 -cuando fueron registrados veintidós casos. Según el vicepresidente del Consejo Indigenista Misionero, Roberto Liebgott, la falta de tierras es el factor de la destrucción de la cultura indígena y generador de diversos problemas que culminan en la depresión y el suicidio.
«Los indios están confinados en pequeñas reservas, donde ellos no ven perspectivas para pensar un futuro de acuerdo con sus creencias, costumbres y tradiciones. No están con el espacio de tierra que les de condiciones mínimas de sobrevivir».