La ciudad de Asunción conmemora un año del mortal incendio del supermercado Ycuá Bolaños donde 346 personas perdieron la vida.
Las organizaciones integrantes de la Coordinadora de Víctimas, Familiares y Personas Amigas afectadas por la tragedia realizaron diversos actos en los alrededores del lugar, reclamando verdad y justicia para los damnificados.
Durante los últimos días, familiares de las víctimas llegaron al lugar para depositar flores en el gigantesco memorial montado en el estacionamiento del supermercado.
Centenares de fotos y de los fallecidos y leyendas que claman por justicia, ofrecen un panorama desolador de la mayor tragedia del país en épocas de paz.
Un imponente cartel señala «Para poder perdonar es necesario que reconozcan la culpabilidad, que pidan perdón a las víctimas y sus familiares, que indemnicen los graves daños causados y que sufran un justo castigo».
Los familiares de las víctimas cuestionan la supuesta desidia de las autoridades y los tribunales en torno a la seguridad que ofrecen para el ciudadano numerosos centros comerciales, edificios e incluso hospitales.
Familiares y sobrevivientes de la tragedia marcharon por las calles de Asunción con reclamos de justicia y pedidos de condena para los responsables de la tragedia.
El acto central se inició a las 11:20 locales (15:20 GMT), hora que recuerda el inicio de las primeras explosiones de fuego. Los organizadores del evento entregaron a las autoridades del Congreso diversos petitorios relacionados con la marcha de las investigaciones y el funcionamiento del Poder Judicial.
Aproximadamente a las 11:00 hrs del 1° de agosto de 2004, una chispa de carbón proveniente de una chimenea del patio de comidas, inició el siniestro que se extendió rápidamente a todo el centro comercial.
La justicia aun investiga el grado de responsabilidad de la familia Paiva, propietaria del supermercado y de los demás accionistas. También son indagados diversas autoridades y funcionarios municipales, al igual que el arquitecto Ismachoviez, diseñador del edificio.
Los últimos datos oficiales confirman que todavía existen 21 personas desaparecidas, que no pudieron ser identificadas mediante las pruebas de ADN, y que el incendio dejó un saldo de 346 muertos, 277 heridos y 204 huérfanos.
En la actualidad, la ayuda está a cargo de la Secretaría de Emergencia Nacional que otorga a los huérfanos un subsidio mensual de 35 dólares hasta que alcancen la mayoría de edad, y de la COMUEDA, que entrega víveres a las familias de menores recursos.