El Instituto para el Desarrollo de la Democracia Participativa (IDEPA) lleva adelante una serie de proyectos orientados a incentivar la participación ciudadana de los jóvenes.
Algunas pocas personas, en algunos pequeños lugares, haciendo algunas pequeñas cosas, pueden cambiar el mundo, reza un rincón de la página web del Instituto para el desarrollo de la Democracia Participativa. De esa manera los responsables de la organización resumen el objetivo del trabajo, orientado a impulsar la participación ciudadana, especialmente de los jóvenes, a través de programas de formación, investigación e incidencia pública.
El proyecto de Formación ciudadana de jóvenes de Florencio Varela (Argentina) es una de las iniciativas que impulsan. Acompañados por la Asociación por los derechos de los discapacitados (ADEDI) y el Centro de Estudio y Formación San Ildefonso de Toledo, dictan una serie de talleres de seis meses de duración en los que un grupo de 30 jóvenes de entre 15 y 22 años aprenden y debaten sobre temas que «los tocan muy de cerca, como la discriminación, las drogas y la salud reproductiva», explicó el presidente del Instituto, Eduardo Merodio.
Al término de la capacitación, los organizadores esperan que ocho de ellos formen un equipo consolidado y «se conviertan en promotores de los derechos de la juventud en los partidos del sur del conurbano bonaerenseç», afirmó Merodio. Otro proyecto orientado a esa población es el referido a la creación de un observatorio de derechos de la juventud.
El Instituto fue creado en noviembre de 1998, a la luz de «la necesidad de formación para los jóvenes acerca de la práctica política y ciudadana», señaló Merodio, para quien «es vital para IDEPA mantener un diálogo abierto y un trabajo en conjunto con los gobiernos municipales», así como también procuran vincularse con instituciones políticas, agrupaciones comunitarias y establecimientos educativos.
Para el presidente de la organización, el país «lleva encarnado un problema cultural que resulta de la poca tolerancia y de la poca importancia que se le da a la formación política de los jóvenes», un dilema cuya solución se encuentra en «la transmisión de la idea de mejorar los espacios de diálogo y de consenso y de entender que el otro no es un enemigo», consideró.
De acuerdo a sus responsables, la entidad tiene como objetivo promover la tolerancia y la inclusión, a través de un mayor grado de participación directa de las personas en los procesos de toma de decisiones y en el control de los asuntos públicos. Y son las mujeres y los jóvenes los principales grupos beneficiados por la acción de la organización.
Mayor información en www.idepa.org.ar