Dando continuidad a la Declaración de Jeju, Corea (octubre 2007), en la que líderes locales de todo el mundo se comprometieron a afrontar los retos del calentamiento global, CGLU (Ciudades y Gobiernos Locales Unidos), ICLEI (Local Governments for Sustainability), el Grupo C40 de Liderazgo del Clima de Grandes Ciudades y el Consejo Mundial de Alcaldes por el Cambio Climático han lanzado el Acuerdo Mundial de los Alcaldes y Gobiernos Locales sobre la Protección del Clima.

El Acuerdo, firmado el 12 de diciembre pasado en Bali, Indonesia, reafirma la voluntad de los gobiernos locales de aceptar el reto y la corresponsabilidad de emprender acciones para prevenir los efectos negativos del cambio climático. También hace un llamado a las autoridades nacionales para que apoyen a los gobiernos locales a través de la provisión de los recursos e instrumentos internacionales adecuados para alcanzar los objetivos comunes.

Imma Mayol, Teniente de Alcalde de Barcelona en representación de CGLU, Barble Dieckman, Presidente del Consejo Mundial de Alcaldes, y la Primera Vicepresidenta del Consejo de Municipios y Regiones de Europa, Nicky Gavron, presentaron este acuerdo al comienzo del Segmento de Alto Nivel de la Conferencia sobre el Clima de la ONU en Bali, Indonesia.

Cuanto mayor sea el número de signatarios del acuerdo, más evidente será la necesidad de que los gobiernos locales sean incluidos en el proceso entre Bali y Copenhagen. Asimismo, están articulando una estrategia conjunta para contribuir a las negociaciones gubernamentales.

Durante el encuentro realizado entre el 3 y el 14 de diciembre, en Bali, más de 180 representantes de naciones del mundo se reunieron para debatir la futura estrategia internacional contra el cambio climático en el marco de la ONU; el objetivo de fondo es trazar una hoja de ruta para la escena post-Kyoto, Protocolo que tocará a su fin el año 2012. El 15 de noviembre, la Eurocámara pidió límites de emisiones vinculantes para todos los países industrializados, y reducir éstas en un 50 % para mediados de siglo.

En opinión de muchos científicos, si las temperaturas aumentan más de dos grados centígrados con respecto a los valores de la etapa preindustrial, las consecuencias del cambio climático serán difíciles de gestionar, y esto además resultaría muy costoso. Para conseguir limitar el aumento de la temperatura a dos grados centígrados, sería necesario recortar las emisiones globales de gases de efecto invernadero, situando el nivel a la mitad del de 1990.

Para el Parlamento Europeo, es imperativo frenar las emisiones de gases nocivos en los próximos diez años, para posteriormente reducirlas drásticamente, si se pretende estabilizar el clima mundial. Por ello, la Eurocámara espera que la Conferencia de Bali fije un calendario político que permita iniciar una negociación más técnica y detallada de un acuerdo internacional vinculante sobre cambio climático. Este nuevo acuerdo debería estar listo además para 2009, reemplazando al Protocolo de Kyoto, que no incluye objetivos para las economías emergentes y tampoco ha sido ratificado por Estados Unidos.