Los empresarios de los grandes grupos multinacionales aguardan con cautela las decisiones del izquierdista Evo Morales y manifestaron estar abiertos al diálogo con el presidente indígena del Movimiento Al Socialismo.
En su campaña electoral, Morales prometió nacionalizar el gas, la principal riqueza boliviana, y otros recursos, pero sin precisar qué era lo que entendía por ese concepto.
«El gobierno va a ofrecer el derecho de propiedad, como cualquier estado tiene toda la obligación de ejercer el derecho de propiedad. Eso no significa confiscar ni expropiar bienes de las transnacionales» dijo el líder cocalero esta semana.
«Estamos en un compás de espera. No haremos especulaciones sobre el asunto», expresó Néstor Cervero, gerente del área internacional de Petrobras.
Ideológicamente afín al presidente Lula, Morales dijo el mes pasado en Brasilia que un gobierno suyo revisaría los contrataos con Petrobras.
El nuevo presidente anunció luego de conocerse su triunfo que no confiscará ni expropiará las concesiones de las multinacionales petroleras en el país, a la que exigirá en cambio adecuarse a la ley de hidrocarburos, de corte estatista.
Unas 20 compañías de Europa, Asia, Estados Unidos y Brasil operan en el sector petrolero boliviano desde 1997. «Necesitamos socios, no patrones. Si ellos se subordinan a las leyes bolivianas bienvenidos como socios. No puede ser que controlen como dueños», enfatizó Morales.