Los días 28 y 29 de abril fueron testigos de tres grandes ejes de debate y reflexión, en el que participaron más de un centenar de representantes de ciudades de toda América del Sur y de destacados organismos internacionales.
Los tres ejes fueron abordados desde la perspectiva de la “Gestión asociada para el desarrollo” por lo cual además de autoridades de gobiernos locales en la temática, se invitó a exponer a representantes de universidades y de organismos internacionales como ONU-Mujeres, la Organización Panamericana de la Salud y la Unión Internacional de Transporte Público, entre otros.
Además, durante las jornadas se renovaron las autoridades de Mercociudades y se firmaron acuerdos de cooperación e intercambio con las universidades nacionales de Córdoba y del Centro de la Provincia de Buenos Aires, y la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional.
Otro momento destacado fue la firma de acuerdos de compromiso entre Mercociudades y diversos gobiernos locales de la región, que accederán a financiamiento para la implementación de proyectos de cooperación Sur Sur. Se trata de cuatro iniciativas que involucran a 12 ciudades de América del Sur y dos organizaciones sociales, y abordan los siguientes temas: diseño de capacitaciones y políticas públicas con perspectivas de género; territorio, diversidad e inclusión étnica; deconstrucción de barreras comunicacionales; y planificación de ciudades sostenibles e inclusivas.
Derecho a la Salud
Este debate político fue presidido por intendentas, alcaldesas y alcaldes de la región, y en él se compartieron las diversas experiencias locales para afrontar la pandemia y sus consecuencias, y asegurar la atención médica en el territorio. El espacio también permitió compartir las demandas y vulnerabilidades locales que necesitan de atención apremiante.
En este intercambio se destacó especialmente la grave situación que afrontan las prefeituras brasileñas, que para acceder a vacunas, insumos médicos y medicamentos, y ante la confrontación con el estado nacional, se vieron forzadas a crear un consorcio histórico, que a la fecha reúne a más de 2 mil ciudades del país.
Todas las autoridades presentes coincidieron en que la pandemia ha profundizado la desigualdad, la exclusión y la discriminación; reforzando además las desigualdades a nivel internacional, como se evidencia, por ejemplo, en el acceso a la vacuna. Por lo que se considera prioritario un abordaje territorial inclusivo, que aborde las condiciones sociales, económicas, culturales y políticas que determinan la salud de las poblaciones.
Movilidad
En materia de movilidad estás fueron algunas de las reflexiones y propuestas destacadas:
Las ciudades y los países deben aprovechar la oportunidad histórica única para empezar de nuevo y dar forma al futuro de nuestras ciudades.
El sector está fuertemente relacionado con muchos otros desafíos (clima, salud, inclusión social, seguridad vial, etc.) que no se cumplirán sin una clara prioridad del Transporte Público como pilar vital para la recuperación económica, social y ambiental, a corto y a largo plazo.
Debemos mejorar la resiliencia del sistema: profesionalizar el sector, asegurar financiación, buscar instrumentos regulatorios y formas contractuales más flexibles y ágiles en los futuros procedimientos de licitación.
Deben realizarse esfuerzos adicionales para comunicar enérgicamente los beneficios del transporte público a la sociedad y restaurar la confianza de la ciudadanía.
Violencia basada en género
En este espacio se enfatizó sobre la necesidad del abordaje colectivo de la temática, que involucre a los gobiernos locales en el territorio y organizados a nivel regional, a las entidades académicas, a las organizaciones sociales y a diversos colectivos que trabajan por la igualdad de género.
Ante la pandemia de la violencia de género, que se ha profundizado en tiempos de coronavirus. Las diversas ciudades tuvieron que actuar de forma inmediata para asistir a las mujeres, niñas y diversidades más vulnerables, utilizando medidas sin precedentes, por tratarse de personas que en muchos casos se encontraban confinadas.
Se destacó la necesidad de reforzar las políticas públicas desde una mirada feminista, que contemple las diversidades, y que por lo tanto contrarreste la incidencia de la visión patriarcal.
También se considera relevante trabajar sobre las nuevas masculinidades, combatir los estereotipos de género y la división sexual del trabajo.